-… y según la vendedora, este libro era fascinante, que
pérdida de tiempo- cerro el libro y lo lanzo lejos hasta que cayó sobre uno de
los sofás. Muchas veces salió en los periódicos sobre la nueva saga de libros
que se estaba volviendo popular hasta el momento, así que decidió gastar un
poco de su tiempo en leerlo, esperando encontrarse con algo tan bueno como lo
pintaban, aunque en el fondo sabia que quizás fuese un conjunto de porquería
juvenil y no se equivoco.
-¡Oh! ¿Es esta la nueva saga de libros? He oído que causan
furor a los jóvenes- dijo la abuela, tomando el libro e inspeccionándolo con la
mirada.
-es una pérdida de tiempo, no sé como permiten que esta
basura para pubertos calentuchos sea estimada como una obra de arte o ejemplo
de género fantástico, por culpa de estos libros, muchos otros son dejados de
lado, volviendo a los demás mas ignorantes- dice con voz monótona e
inexpresiva. La mujer a unos pasos de ella sonrió con diversión, pensando con
orgullo lo bien que crio a su nieta.
-los lectores hoy en día solo leen lo que satisface su sed
de lujuria, su necesidad de verse interesantes y su anhelo de escapar de una
realidad que ellos mismos destruyeron- dijo pasando una mano por su vestido
color lila que llega hasta las rodillas y sentándose en uno de los sofás. La
abuela suele usar ese vestido siempre, le recuerdan los años en que era joven y
eso que no es para nada vieja físicamente hablando, su apariencia te haría
confundirla con una mujer de cuarenta años. Cabello rojo y ondulado; sin ninguna
cana; cuerpo esbelto pero sin grandes atributos; cara casi sin arrugas y ojos
sin bolsas ni rastros de cansancio.
-¿y aun dices que debo amistarme de otros que les guste la
lectura? Arriesgo de ser egoísta y quizás lo sea, pero prefiero guardar mis mundos
literarios para mi sola que tratar de congeniar con quienes solo aprecian lo
que pueden comprender.
-solo digo que a veces es divertido observar el
comportamiento de aquellos que se creen inimitables por absorber unos párrafos.
Por cierto, tus padres llegaran en la tarde, recuerda ser amable querida, John
no te ha visto en meses y de seguro está ansioso de saber de su pequeña
primogénita.
-¿no te agrada mi padre abuela?- pregunta sin emoción alguna
en su voz.
-no es que no me agrade, solo no me termino de convencer de
que tu madre se haya decidido a casarse con un simple humano- suspiro- aunque
ha sido mejor de lo que esperaba, los lunarios no siempre son buenas personas y
encontrar uno en estos tiempos que desee guardar las tradiciones de una familia
de maagis es muy difícil.
-no sé si plantee casarme, esa tarea se la dejare a Demie
que de seguro con la juventud futura estará más abierto que una puerta hacia
todo tipo de relaciones- tomo sus papeles esparcidos y se levanto de su
asiento.
-espero que no nos decepcione entonces, quiero bisnietos y
no una palanca torcida- dijo riendo al final.
-descuida, el es una persona y puede cambiar, a diferencia
de los libros basura. Tanto papel desperdiciado- mira despectivamente al libro
que acababa de leer.